Unos 450 kilómetros separan al Congreso de los Diputados, en Madrid, de la Asamblea de la Región de Murcia, en Cartagena. Y la lejanía entre una y otra cámara se extrapola a su vez a las diferentes estrategias seguidas por Vox para apoyar al PP en una eventual investidura de Alberto Núñez Feijóo y para prestar su confianza a Fernando López Miras. Mientras el portavoz de los ultras en la Cámara baja, Iván Espinosa de los Monteros, ha deslizado este miércoles que no serían un obstáculo EN el camino del líder del PP para ser investido presidente del Gobierno —pese a su insuficiente mayoría—, en Murcia, los dirigentes regionales de Vox han dado plantón a los populares murcianos. “Vox en la Región quiere elecciones, que hoy no hayan querido sentarse a negociar es una prueba de ello”, ha aseverado el portavoz del del grupo parlamentario del PP, Joaquín Segado, en rueda de prensa. El plazo para alcanzar un acuerdo acaba el 7 de septiembre. Y las posiciones continúan inmóviles. De continuar el enfrentamiento hasta entonces la región se vería abocada a una repetición electoral.
El PP de Murcia y el de Aragón avanzaron sus fichas, este martes —dos días después de las elecciones generales—, para tratar de retomar los contactos con la formación ultra y sumar dos nuevos gobiernos al mapa autonómico de Feijóo. Pero las coyunturas son muy distintas en ambos casos. También en lo que afecta al líder popular respecto al plano nacional. En la Región de Murcia, los populares aseguran que Segado, portavoz parlamentario y dirigente designado para pilotar las negociaciones, llamó ayer a su homólogo de Vox, Rubén Martínez Alpáñez, para ofrecerle una nueva reunión y acercar posturas. El encuentro se cerró para esta mañana a las 11.30, en la Asamblea de Cartagena, según fuentes del PP murciano. Pero Vox se descolgó afirmando que se habían enterado por la prensa, y que López Miras no se había puesto en contacto con su presidente regional y candidato al 28-M, José Ángel Antelo. Tampoco estaban dispuestos a sentarse a hablar mientras el PP insistiese en gobernar en solitario. Como así reiteraron ayer.
López Miras ganó por mayoría simple el pasado 28 de mayo, a solo dos diputados de la absoluta. Pero su investidura fracasó en segunda vuelta el pasado día 10 al negarse a pactar un gobierno de coalición con los ultras. Una exigencia que los de Santiago Abascal impusieron tras quedar fuera del reparto de la Mesa de la Asamblea murciana. Ahora ni siquiera aceptan una marcha atrás. “Una de las peticiones de Vox para justificar el bloqueo es que se quedaron fuera de la Mesa de la Asamblea, y nuestra propuesta incluye su entrada en la Mesa de la Asamblea regional… ofrecemos que sean quienes designen al senador autonómico que corresponde al PP y otros cargos institucionales”, ha explicado Segado este miércoles, visiblemente molesto, durante su comparecencia. “A diferencia de lo que sucede en otras regiones, solo necesitamos la abstención”, ha remachado.
Del lado de Vox, Martínez Alpáñez ha comparecido este miércoles para reiterar sus exigencias: si no entran a formar parte de un Gobierno de coalición con los populares, ha dicho, no hay nada que negociar y ha rechazado el ofrecimiento de “sillones” del PP confirmado por Segado. “No queremos sillones, queremos cambiar la política”, ha dicho el dirigente de Vox, que considera imprescindible ocupar la vicepresidencia de la comunidad autónoma y al menos dos consejerías para lograr ese objetivo. Desde Madrid, Espinosa de los Monteros ha avalado el rechazo a esa oferta “fake” (falsa) de López Miras, después de unas semanas “en los que ha insultado a los votantes de Vox”.
Fuera de la Mesa
En Baleares, donde el PP necesitaba también solo de la abstención de Vox, los ultras se conformaron con un acuerdo programático pactado con la candidata popular, Marga Prohens. Un modelo que quiere replicar López Miras. Pero la ahora presidenta balear había cedido con anterioridad a Vox la presidencia del Parlamento autonómico. En la Región de Murcia, el PP directamente los dejó fuera de la Mesa. Ahí se desató la tensión.
La turbulenta legislatura representa un añadido más tanto para López Miras como para Vox. En el gabinete del popular ponen el acento —aparte de en su “holgada” mayoría—, en que el presidente en funciones ya gobernó en coalición durante la pasada legislatura con Ciudadanos y gracias a un pacto de investidura con Vox, en un Ejecutivo del que salió escaldado. El PSOE y CS presentaron en marzo de 2021 una moción de censura conjunta, que no salió adelante porque tres diputados tránsfugas de Ciudadanos y otros tres parlamentarios díscolos de Vox apoyaron a López Miras. Los ultras, por su parte, acusan a los populares de no haber cumplido el acuerdo programático en su acción de Gobierno. “López Miras quiere sí o sí un Gobierno estable en solitario”, añaden desde su entorno. Con todo, no hay mala relación personal entre el presidente en funciones y Antelo.
Unas tensiones que no se dan en el caso de Aragón, donde el candidato del PP, Jorge Azcón, también otorgó la presidencia de la Mesa de las Cortes de Aragón a los ultras. “Esperemos que sea el último Consejo de Gobierno”, ha apremiado Mayte Campos, consejera de Presidencia de Aragón (PSOE), en rueda de prensa, a Azcón, este miércoles. En Aragón, el límite para convocar nuevas elecciones expira el 26 de agosto.
El viento es además más favorable en Aragón para que PP y Vox fragüen una alianza después de que ayer Azcón dejase abiertos todos los escenarios para un futuro gobierno. “En Aragón no han insultado a los votantes de Vox y sospecho que las cosas serán un poco más fáciles”, ha reconocido Espinosa de los Monteros desde el Congreso hoy. En su caso, el portavoz en la Cámara baja de Vox tampoco exige entrar en el Gobierno de Feijóo pese a que el líder del PP requiere de su voto a favor si no se entiende con el PSOE. Algo prácticamente descartado. En Extremadura y Comunidad Valenciana, esa fue la excusa para exigir coalición. Pero Espinosa de los Monteros es consciente de que los números no le dan al presidente del PP.
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