El resultado del 23-J pone en evidencia las disfunciones en la cúpula del PP de Feijóo

Ocurrió en la tarde noche del pasado domingo 23-J, en la sede central del PP en Madrid, y algunos cuadros del partido lo consideran mucho más que una anécdota. La mano derecha y casi izquierda de Alberto Núñez Feijóo, su ejecutor en la sombra, antes en Galicia y ahora a nivel nacional, el vicesecretario de Organización, el gallego Miguel Tellado, escrutaba encuestas que estaban ya avanzando los medios de comunicación públicos y privados y en otra zona, en otro despacho, el coordinador general del partido, el andaluz Elías Bendodo, analizaba otros sondeos, datos propios, encargados a su gente, a sus expertos. “Y Tellado ni los había olido”, resaltan relevantes fuentes del PP. No ha sido la única disfunción entre dos de los máximos responsables del equipo de Feijóo en esta campaña. Ha habido bastantes más. Desconocidas. Bendodo ha tirado de nuevo para estas elecciones como proveedor de consultoría externa de su asesor en varias campañas para Juan Manuel Moreno en Andalucía, Aleix Sanmartín, y Tellado, ha rebuscado entre los que ayudaron a Feijóo en varios procesos electorales en Galicia. Entre el personal de Génova 13, la sede central, Bendodo y Tellado han pugnado por acaparar a los mejores colaboradores, en muchas ocasiones ocultándoselo. Tellado y Bendodo no han querido responder directamente a las consultas de este diario.

La ruleta rusa política y electoral en la que se ha embarcado Feijóo desde que aterrizó en Madrid, hace apenas año y medio, forzado en parte por barones y la mala gestión de Pablo Casado del caso del hermano de Isabel Díaz Ayuso, no le ha dejado tiempo para pararse a pensar o diseñar un equipo acorde a sus nuevas responsabilidades. Ha tirado de lo conocido, sobre todo del personal que le ha acompañado y arropado en sus éxitos electorales Galicia casi una década. En el congreso del partido que le encumbró como nuevo líder en Sevilla no pudo conformar un nuevo equipo.

Dirigentes del PP de diversos sectores entienden que ahora sí ha llegado ese momento y apuestan a que Feijóo está ya empezando a planificar con quién y cómo quiere emprender esa nueva etapa, más que probablemente como líder de la oposición para posiblemente los próximos cuatro años.

El primer debate a resolver tiene que ver con la figura indispensable de un nuevo número dos y secretario general que le complemente, un cargo para el que muy pocos ven posible la continuidad de Cuca Gamarra. “Hace falta un número dos de verdad, que lleve con firmeza y determinación los temas autonómicos, con autoridad, alguien que defina y coordine bien las relaciones entre el aparato central del partido y el creciente poder ganado ahora en las elecciones del 28 de mayo en otras instituciones, autónomicas y locales”, apunta un importante barón del PP.

Un responsable del grupo parlamentario popular en el Congreso defiende a Gamarra: “Ella ha hecho lo que ha podido y en la única autonomía en la que pudo cambiar y proponer un candidato que no estuviera de la anterior etapa, en La Rioja, el PP ganó con mayoría absoluta”.

Otro dirigente del PP con experiencia en el aparato del partido reseña: “Nuestro problema es de origen, no hay secretario general en el sentido de alguien que tome decisiones en ausencia del líder, entre otras razones porque él y su equipo no quieren gente que le haga sombra”. Y rememoran que, durante sus 10 años como presidente de la Xunta, Feijóo era también el que comparecía semanalmente tras sus Consellos de Gobierno, aunque tuvo algún tiempo portavoz. Tellado esgrimía entonces en Galicia como una tesis incontestable que los vicesecretarios del partido no tenían que comparecer públicamente, y, de hecho, el eterno vicepresidente gallego y ahora presidente, Alfonso Rueda, padeció durante lustros ese problema de desconocimiento. Ahora Tellado es vicesecretario y sí comparece.

Secretario general

En ese entorno crítico del PP se recuerda como un fallo que ahora se evidencia que en el Congreso del PP de Sevilla que entronizó a Feijóo no se quiso nominar para secretario general a su candidato anticipado, Esteban González Pons, porque era volver al pasado y reabría demasiadas heridas. Ahora ese asunto está sobre la mesa, pero con el agravante de que no se encuentran buenas soluciones. Si. descartado el veterano González Pons, aupa hasta esa privilegiada posición a una persona más joven, de entre 30 y 40 años, con buenas conexiones con el nuevo poder autonómico, como sostienen varios cargos del partido, estaría degradando a sus principales colaboradores: Gamarra (número dos), Bendodo (número tres) y Tellado (número cuatro).

El enigma se ha reabierto estos días, a la espera de que Feijóo descanse, se recupere del estado de shock personal en el que le han observado varios dirigentes tras el inesperado varapalo electoral del 23-J, reflexione y valore los mensajes de todo tipo y hasta contradictorios que le están llegando sobre por dónde continuar, especialmente en su relación con Vox. La solución no se adoptará hasta un futuro congreso del partido, que está por convocar, pero que algunos dirigentes argumentan que habría que anticipar en cuanto se descifre la investidura de Pedro Sánchez y se compruebe si puede gobernar y cómo.

Los barones y Vox

La fijación en la cúpula nacional y territorial del PP se ha situado más estos días, tras el trastazo del 23-J, sobre qué hacer con Vox que sobre Pedro Sánchez y la derogación del sanchismo. El lenguaje es también otro. Alberto Núñez Feijóo le escribió este domingo una carta al presidente socialista para pedirle una reunión, con un tono casi institucional, en la que abordar esta misma semana el desbloqueo político del país y la presidencia de turno de la Unión Europea. No le habló nada, eso sí, del frenazo en las negociaciones para sacar adelante el gobierno de varias autonomías, Murcia y Aragón sobre todo, en las que parecen estancadas las negociaciones entre el PP y Vox. Ese es el problema que preocupa a varios barones territoriales del PP, que achacan parte del bloqueo a las malas relaciones entre las direcciones nacionales de ambos partidos. El propio líder de Vox, Santiago Abascal, lleva varias jornadas apuntando hacia los ataques que cree recibir de Feijóo y su entorno y ayer cuestionó en este sentido el giro de estrategia hacia el centro e ignorando a Vox que demandó el presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno, en una entrevista en El Mundo. En una segunda carta hecha pública la tarde del dómingo, Sánchez emplazó a Feijóo a encontrarse solo después de la constitución de las Cortes, a partir del 17 de agosto.

Algunos candidatos autonómicos del PP, como el aragonés Jorge Azcón o el murciano Fernando López Miras, vista la situación, han optado por desaparecer unos días y tomarse unas vacaciones, aplazar incluso las negociaciones con Vox en sus territorios, y esperar a que el panorama se aclare antes de retomar los contactos con la formación ultra. En el caso murciano, las conversaciones parecen totalmente atascadas y encaminadas a una repetición electoral, aunque dirigentes que conocen el proceso no descartan tampoco un acuerdo de último minuto. En Aragón, Azcón tenía hasta esta semana casi cerradas las negociaciones con el PAR y con Teruel Existe, pero las tensiones entre las cúpulas nacionales del PP y de Vox han dejado de nuevo ese escenario en suspenso y relegan su teórica investidura para finales de agosto.

Fuentes del PP relacionan esos parones con los ataques que le están llegando a la formación ultra desde el equipo de Feijóo, y ante la falta de instrucciones claras y definidas desde la dirección nacional con respecto a cómo actuar con Vox, han optado por tomar distancia. Alguno de esos barones ha preferido hacer un paréntesis, con el entorno de Feijóo y con Vox, antes de complicarse más su futuro.

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